Cables de Protección
Cables de Protección
Es ampliamente utilizada como elemento de refuerzo y protección en la fabricación de cables de alta resistencia, gracias a su excelente resistencia a la tracción, bajo peso, estabilidad térmica y durabilidad química. Su inclusión en el núcleo o recubrimiento de cables permite mejorar significativamente su tolerancia mecánica, su vida útil y su seguridad operativa en aplicaciones críticas.
En cables eléctricos, de fibra óptica, telecomunicaciones y señal, la aramida actúa como miembro de tracción que protege al cable contra estiramientos, dobleces y tensiones mecánicas, especialmente durante instalaciones subterráneas, aéreas o en ambientes extremos. También se emplea en cables de rescate, paracaídas, ascensores, grúas o sistemas de sujeción, donde se requiere máxima resistencia sin añadir peso excesivo.
Otra ventaja clave es su comportamiento ignífugo y su resistencia a la abrasión, al corte y a productos químicos, lo que hace que los cables reforzados con aramida sean ideales para entornos industriales, marinos o militares. En aplicaciones de defensa y energía, su uso garantiza mayor seguridad, integridad estructural y resistencia en condiciones adversas, superando a refuerzos convencionales como acero o nylon.