Fibra Óptica
Fibra Óptica
Es un componente clave en la fabricación de cables de fibra óptica, donde cumple la función de refuerzo estructural y protección mecánica. Su alta resistencia a la tracción, ligereza, flexibilidad y estabilidad térmica la convierten en el material ideal para proteger el núcleo óptico durante la instalación, manipulación y operación del cable, sin comprometer la transmisión de datos.
En la estructura de un cable de fibra óptica, la aramida se utiliza como miembro de tensión (conocido comúnmente como "Kevlar®", aunque este es un nombre comercial), envuelta alrededor del tubo central que contiene las fibras. Su función principal es absorber esfuerzos mecánicos, evitando que las fibras internas se estiren o se rompan durante la instalación, ya sea aérea, subterránea o en ambientes agresivos. Gracias a su resistencia, el cable puede soportar tirones, doblado excesivo, cargas mecánicas y vibraciones, sin afectar su integridad ni el rendimiento de la señal.
Además, la aramida aporta resistencia al fuego, a la humedad, a los rayos UV y a productos químicos, lo que extiende la vida útil del cable y lo hace ideal para aplicaciones en telecomunicaciones, data centers, redes FTTH, sistemas submarinos, entornos industriales y de defensa. Su presencia en los cables de fibra óptica garantiza seguridad, durabilidad y confiabilidad en entornos donde la protección y el rendimiento son críticos.